entrevista

Ricardo Montaner: "Estar en un escenario es como un recreo"

El cantante, que acaba de editar Viajero frecuente, su último disco, asegura que gracias a Susana Giménez odia el hit "Cachita" y opina sobre la reelección de Chávez.

Por Sección Espectáculos

Sólo en la línea aérea que más utilizo, estimo que llevo unas 4 millones de millas recorridas. Bastantes, ¿no?", dice Ricardo Montaner, cómodamente sentado en el bar del hotel cinco estrellas, que es uno de los tantos segundos hogares que tiene en el mundo. Inmediatamente dibuja un mapa mental de la ruta que rige su agenda: San Juan de Puerto Rico los lunes, Bogotá los martes y miércoles, México los jueves y luego Miami, el lugar en el que suele descansar junto a su familia.

Pero esta semana su rutina cambió y un avión lo trajo a Buenos Aires para presentar Viajero frecuente, su último trabajo discográfico. En él, a partir de 13 canciones, el cantante argentino-venezolano reflexiona sobre la distancia, el tiempo y demás cuestiones que hoy atraviesan su vida como artista y como marido, padre y abuelo. "Hay épocas más tranquilas, en las que puedo pasar una semana en un mismo lugar. Y hay otras en las que estoy un día acá, otro allá y siento que paso más horas en el aire que en tierra firme", asegura con cierto cansancio en la mirada.

–¿Sueña con abandonar esa rutina en algún momento?

–No. Pero con Marlene, mi esposa, venimos hablando sobre dónde nos gustaría vivir cuando estemos más grandes. Seguramente, teniendo en cuenta la carrera que espero seguir teniendo y los negocios que mantenemos en los Estados Unidos, calculo que continuaríamos en Miami una temporada y pasaríamos otra aquí, en el sur. Pero son sólo ideas, aún no tenemos nada definido. Mientras tanto, seguiré así.

–¿Compone en los aviones?

–Me ha pasado de escribir canciones bien significativas para mí... Por ejemplo, la primera canción que escribí arriba de un avión fue "En el último lugar del mundo", y en esa misma época hice "Déjame llorar", durante un trayecto Caracas-Madrid. Algunas de las canciones que más me gustan de Viajero frecuente también surgieron en el aire.

–Después de tantos años de carrera, ¿es capaz de reconocer un éxito cuando compone?

–Sí, uno va desarrollando cierta intuición, empieza a discernir sobre cómo lo ve o cómo se imagina a la gente recibiéndolo. En este disco tengo tres o cuatro canciones que estoy seguro de saber qué cara pondrá la gente cuando las escuche.

–¿Cómo cuales?

–Me pasa con "Házmelo saber", con "Convénceme" y con "Viajero frecuente", que no habla sólo de aviones, sino también de un tipo que viaja en colectivo todos los días para ir a trabajar y miles de historias pasan por su cabeza mientras mira por la ventanilla.

–El tiempo y la distancia son temas recurrentes de este disco...

–Sí, yo creo que es como una bitácora. Es un disco donde las circunstancias del tiempo, de las distancias, de las esperas, de las angustias, de las soledades, están presentes en cada una de sus canciones. Y al mismo tiempo las circunstancias de los anhelos, porque hay canciones como "Voy a vivir la vida", que son plenamente esperanzadoras.

–¿Lo definiría como un disco introspectivo?

–Sí, hay mucha mirada hacia adentro. Eso no es necesariamente triste; soy un hombre muy feliz, pero muchas veces suelo adolecer de la oportunidad de expresar esa felicidad o ese amor a la gente que me quiere por tener que estar de aquí para allá.

–¿Siente que ha dejado de lado mucha vida personal por su carrera?

–No sé si dejar de lado es la expresión más apropiada, porque no se trata de preferir una por sobre otra. Yo creo que la necesidad de abrazar y de expresar afecto no se puede postergar; entonces, si quiero abrazar a mi mujer y estoy en el medio del Atlántico, esa necesidad no puede ser satisfecha. Este disco es un continuo llamado a expresar el amor cuando se lo siente, a dar las gracias o pedir perdón sin postergaciones.

–¿A quién está dedicado?

–Al padre de Marlene, Rodolfo Rodríguez García, a quien he amado como un padre y murió el año pasado. Eso es algo que ha emocionado mucho a mi familia. Y quedó sin hacer el disco de tango, porque siempre me decía que él pagaba por escucharlo. Yo le respondía: "Ya lo voy a hacer", así que ahora se lo debo.

–¿Es una materia pendiente?

–No te quepa duda alguna. Creo que hay un momento para todo y todavía no ha llegado el de hacer un disco de tango, aunque ya he probado con grabar "Nostalgias" hace tres años y me gustó mucho cómo quedó. La verdad es que me oigo decente cantando tango. Probablemente, en algún momento hagamos una producción aquí en Argentina y estoy seguro de que a la gente le va a gustar.

–¿Qué tangos consideraría imprescindible incluir?

–Algunos del repertorio de Julio Sosa, "Grisel", canciones que he escuchado desde muy chiquito. Teniendo un padre argentino, para mí el tango no es una música extranjera de ninguna manera.

–¿Tiene ganas de comenzar con la gira?

–Sí, ¡me como las uñas! Para mí, como músico, estar en un escenario es como un recreo. El 24 de enero empiezo en México, luego hago Centroamérica… En Colombia voy a hacer una gira muy interesante e inédita para mí, con unas 15 presentaciones en todo el país. Eso a propósito de mi participación en el programa televisivo La Voz, de Colombia, que allí está andando muy fuerte. A Argentina vendremos a mediados de marzo o principios de abril.

–¿Hay alguna canción que la gente siempre le pida y usted preferiría no cantar por un tiempo?

–"Cachita", definitivamente. Y díganle a Susana Giménez que es la responsable, porque cada vez que iba a su programa ella me pedía que la cantara (risas). ¡Terminé odiando esa canción! De hecho, en este próximo tour no viene "Cachita". Sepan que no voy a cantarla, así que si van a comprar la entrada sólo por escucharla, no lo hagan. Hay que dejarla descansar, está vieja "Cachita".

–¿Cuál fue el lugar más extraño en el que se encontró cantando?

–A esta altura de mi vida, en la que llevo 25 años o más dando vueltas, ya no te asombras de nada. Me he presentado en tantos lados que nada me sorprende: desde el bar más oscuro y lleno de humo que se te pueda ocurrir hasta el lugar con el que todo artista sueña, como el Madison Square Garden o el Estadio Azteca. Hoy en día me gustaría volver a cantar en el bar en el que comencé, en Maracaibo, Venezuela. Era un lugar para 140 personas, y ahí me gustaría regresar y armar un mini concierto para esa misma gente que me veía cuando era apenas un recién comenzado, sin nombre ni nada.

–Viéndose a la distancia, ¿qué pasó en estos 25 años?

–La vida, ni más ni menos. Pero regresar a tus comienzos, a tus orígenes, es una cosa hermosa que te permite darte cuenta cuánto tu vida cambió y cuántas sorpresas te regaló Dios.

–¿Qué enseñanzas busca transmitirles a los aspirantes a convertirse en estrellas de la canción en La Voz de Colombia?

–Por un lado, les propongo diversión, porque no vale la pena este trabajo si no lo haces con alegría. Básicamente, busco entregarles todo lo que he aprendido. Y el error no puedo vivirlo por ellos, deben hacer su propia experiencia. «

"El que gana es el que mete los goles"

–¿Qué opinión le merece la victoria de Hugo Chávez en las últimas elecciones en Venezuela?

–Mira, todavía tengo el dedo marcado con tinta de cuando emití mi voto el domingo pasado. Me trasladé a Venezuela especialmente porque creo firmemente en la importancia de elegir, de expresarse a través de las urnas. La gente dio su opinión y la mayoría eligió que el presidente debe quedarse seis años más en el poder.

–Usted apoyó públicamente a Henrique Capriles…

–Los países tienen exactamente lo que merecen y lo que desean, si estoy o no de acuerdo con el resultado da igual porque es una decisión de una mayoría. Es precisamente el hecho de la pluralidad y de la posibilidad que tiene el pueblo de expresarse lo que nos tiene que dar felicidad. Hicimos lo que pudimos y cada quien eligió lo que sintió. Ahora ganó un lado, habrá que esperar a la próxima elección para ver qué pasa. Es como el fútbol, no importa qué equipo juega mejor porque el que gana es el que mete los goles. Así de simple.

Un lugar en el mundo

El primer corte de Viajero frecuente fue "Convénceme", una canción que "habla de una pareja que en plena madurez de su relación sentimental, encuentra excusas para seguir apasionadamente enamorada". El videoclip fue filmado en un estudio de Miami bajo la dirección de la esposa de Ricardo Montaner, Marlene Rodríguez.

Pero para lanzar el segundo corte de su flamante disco, el cantante quiso ir por más. Así, este fin de semana se trasladará con un equipo de más de 60 personas hasta Misiones para rodar el video de "Time" con las Cataratas del Iguazú como fondo. 

"Haremos el videoclip más hermoso de mi carrera en Cataratas, Maravilla del Mundo", anunció Montaner desde su cuenta de Twitter. Además de profesar su amor incondicional por este pintoresco lugar, aseguró que "estar allí es sentir la presencia misma de Dios". 

Grandes aliados

–Dos de tus hijos tocan instrumentos en Viajero… ¿Te hicieron renegar durante las grabaciones?

–¡Para nada! Al contrario, yo los hice renegar un poco porque de repente me empeñaba en algo y ellos me decían: "¡No! Esto ya no se usa." Consiguieron imprimirle al álbum un sonido espectacular, muy moderno. Mau (Mauricio) toca la batería y Ricky la guitarra, escribimos algunos temas juntos... De hecho "Time", que es una de mis canciones favoritas del disco, la compusimos entre los tres. Compartimos todo el proceso de grabación.

–¿Fue difícil compatibilizar los sonidos que cada uno tenía en mente?

–No. Creo que Mau y Ricky le imprimieron la juventud que el disco necesitaba, porque uno va creciendo y muchas veces se va desactualizando, ¿no? Si bien los he empujado a que dieran sus primeros pasos en la música desde muy chicos, han tomado sus propios caminos, se han ido nutriendo y eso me enriquece mucho al momento de trabajar junto a ellos.

–También canta a dúo una canción con Evaluna, su hija menor. ¿Cómo fue esa experiencia?

–Maravillosa. Tu escuchas a Eva cantando y te caes para atrás, porque tiene mucha personalidad y una voz muy formada en el soul y el rhythm & blues. También, con sus 15 años, estuvo en Nueva York estudiando actuación en la escuela de Lee Strasberg, hizo algunos castings en Estados Unidos... Igual creo que va a ser cantante, entiendo que está tomando la actuación como una herramienta para desinhibirse en el escenario. 

–Casualmente, la canción que hicieron juntos se la dedicó a Romina Yan… 

–Me pasó algo muy particular con "La gloria de Dios". Esta canción la escribí hace cinco años, y en 2010, cuando estaba en plena gira, falleció Romina. Entonces decidí que quería grabarle ese tema, que siempre estuvo en mi cabeza. No encontré mejor manera de manifestar el sentimiento que su muerte provocó en mi corazón, y entiendo que la canción es una respuesta para quienes buscan la paz y la tranquilidad necesarias para superar una partida así.

Fuente: El Argentino

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