No hay tangos, bifes o gauchos que alcancen. El sector turístico de la Argentina enfrenta a un enemigo que no da muestras de ceder: la inflación . Por el encarecimiento del país, cada vez llegan menos turistas extranjeros, lo que reduce el ingreso de divisas a la economía, justo cuando el Gobierno se desvela por hacerse de los dólares que le permitan afrontar los vencimientos de deuda.