Columna

Debate presidencial: stand up, pasen y vean

Este domingo, cinco candidatos participaron del Argentina Debate, un evento que no aportó nada al proceso electoral . Aquí, un análisis de lo ocurrido.

Por Marcelo López Álvarez

Terminado el llamado Argentina Debate, un stand up organizado por fundaciones privadas de objetivos desconocidos y una clara misión ganar reputación propia. Terminado el espectáculo televisivo quedó claro que lo que menos les interesaba era realmente escuchar a los candidatos. Alguien cree que realmente un candidato puede explicitar su programa de gobierno y cómo lo haría en 2 minutos; que le repregunte un contrincante en 40 segundos y tenga uno más para contestar.

Si realmente Argentina Debate estaba interesada en saber qué piensan los presidenciales está claro que fracasó estrepitosamente, cualquier nota periodística o reportaje al que se hayan sometido en estos días los candidatos es más reveladora de sus ideas y programas que el espectáculo del domingo.

La decisión de Daniel Scioli sin dudas no sólo fue acertada, sino también más que correcta en un esquema armado más para la trampa y para el no decir nada que para informar a los ciudadanos.

Más allá de posiciones que cada uno pueda tener el espectáculo televisivo nada aportó al proceso electoral y sí aportó mucho a los curriculum de los organizadores -esos que usan para mostrarse como grandes personalidades- y al grupo de medios dedicado a esmerilar 24x7 al gobierno nacional y sus candidatos.

Está claro que este no es el modelo a seguir, este tipo de autotitulados debates nada o poco aportan a desentrañar qué piensan o qué planean para el país.

Los cinco presidenciables que llegaron a la Facultad de Derecho tampoco hicieron mucho por salir del esquema que le trazaron y que (uno no puede dejar de ser mal pensado) estaba diseñado para que Daniel Scioli quedara en off side ya sea no participando o participando. O alguien cree en las “inocentes” preguntas del abogado Novaresio (que de moderador paso a preguntador) y se acordó de los funcionarios procesados pero no de que tenía un candidato procesado frente a él.

Obviamente el libreto de las intervenciones de los “moderadores” lo demostraron fácilmente, estaba dirigido a molestar por decirlo de alguna manera al candidato oficialista, lo mismo que el montaje que se hizo post deserción del gobernador de Buenos Aires.

La discusión de por qué no lo transmitió la televisión pública nacional también va en ese sentido. La pregunta que surge es por qué la televisión pública tiene que ser funcional a un espectáculo montado por una fundación privada y que claramente no tenía el mínimo interés periodístico, tanto que ni los canales de noticias ni los concesionarios privados de las frecuencias de aire decidieron pasarlo, excepto el canal oficial de la campaña de Sergio Massa.

Debate Argentina demostró ser un éxito en TW aunque que la mayoría de las menciones eran por lo malo, pero un verdadero fracaso periodístico, de contenido y político.

Si hay algo que criticarle a la TV Pública en todo caso es que no haya generado un espacio para entrevistar (por ejemplo con una panel de periodistas de diversos medios) a los candidatos uno por uno. Ese sí sería un buen aporte para el conocimiento de los candidatos y sus proyectos.

Otro montaje paso sin pena ni gloria, pero que no quepan dudas otra vez algunos hicieron un muy buen negocio que poco tiene que ver con las necesidades e inquietudes de los ciudadanos.


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