Música

Slipknot y una noche a puro metal en GEBA

La banda estadounidense enmascarada se presentó en el país tras diez años de espera y repasó sus más grandes éxitos y último disco.

Por Sección Espectáculos

Cuando los primeros acordes de Eddie Van Halen en "Running with the devil" comenzaron a sonar, la multitud se unió en una inmensa masa para contener el crudo frío primaveral y sentirse al pie del cañón, sabiendo que a continuación, nueve sujetos con máscaras iban a brindar una noche de heavy sin piedad.

Así lo fue. "XIX" fue el presagio de algo siniestro que Slipknot empezó a dar forma con "Sarcastrophe", "The Heretic Anthem" (famosa por ser el slogan del grupo: "If you're 555 then I'm 666") y la aclamadísima "Psychosocial". Siguieron dos canciones del nuevo álbum dedicado a la memoria del difunto Paul Gray, bajista y fundador de Slipknot, "The devil in I" y "AOV".

Foto: Beto Landoni  para Teleshow

Ante una puesta en escena imponente, con fuego, un demonio gigante y las célebres plataformas móviles que llevan de un lado al otro a los percusionistas Shawn Crahan y Chris Fehn, al tecladista "Pinhead" Craig Jones y al eufórico DJ Sid Wilson, Slipknot derrochó talento por doquier con una seguidilla de hits como "Vermillion", "Wait and bleed", la novedosa "Killpop", "Before I forget" y "Sulfur", ese tema de All hope is gone que con cada riff se planta en el escenario para gritar a viva voz que no negocia con ningún sistema.

Cada parate entre canción y canción le servía a Corey Taylor para aumentar su feeling con el público argentino. La performance del cantante le sirvió para ser colocado, por lejos, como el mejor del género. Desde hace años, tanto con Slipknot como con Stone Sour, demuestra su nivel, su rango, su capacidad de llevar a los más desgarradores agudos o profundos guturales, sus actuaciones en vivo no difieren con su poderío en el estudio. La máscara demoníaca ya no esconde nada: debajo habita la mejor voz del metal y el frontman más carismático desde que Anselmo grabó The Great Southern Trendkill con Pantera. 

"Duality", "Disasterpiece", "Spit it out" y "Custer" fueron los amagues de despedida de los norteamericanos que cada vez se sentían mejor acoplados entre los guitarristas Jim Root y Mick Thomson, un animal de casi 2 metros que asustaría al mismísimo Jason Voorhees. Bien se sabía que allí no terminaba y que aun faltaba más violencia en la noche de GEBA. Los bises llegaron de la mano de "(sic)", "People=shit" y "Surfacing", dejando a una inmensa cantidad de gente con ganas de más. 

 Slipknot volvió a Buenos Aires y cumplió, Alessandro Venturella conoció al caliente público sudamericano y también cubrió de manera aceptable los espacios abandonados por el alma del grupo, Paul Gray. Mención especial, también, para Jay Weinberg, quien supo reemplazar con creces al baterista Joey Jordison (hoy, guitarrista de Murderdolls), uno de los más grandes talentos que dio el metal en los últimos tiempos. Así se reinventó una banda que conoció su esplendor en plena etapa ñu metal. pero que a diferencia de todos sus contemporáneos crece cada año un poco más. ¿Cómo logró tanto éxito? Cautivó una numerosa cantidad de público y a medida que la industria de la música se lo pidió, adaptó su sonido para retener a sus fans y enlistar nuevos seguidores. Chapó, Slipknot. 

*Por Alejandro Bemasconi para Teleshow

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