horror en guaymallén

Trata de personas: la historia de un caso en Mendoza y la condena a los captores

Fue en el 2012. El TOF 2 sentenció a cuatro personas a pasar de 3 a 12 años presos. Una de las víctimas tenía 14 años.

Por Pablo Segura

El testimonio de una menor de 17 años, al ser asistida por operadores de la Dinaf, destapó todo. Su relato, por demás estremecedor, derivó en una denuncia que hizo el propio Director de Protección de Derechos Humanos, Héctor Cuello, en Mayo del 2012.

La Justicia Federal inició una investigación que rápidamente dio sus frutos y que descubrió una organización que se dedicaba a la trata de personas y que actuaba en nuestra provincia. De a poco fueron cayendo los cabecillas, quienes trabajaban con ellos, y los que actuaban como cómplices.

Este martes, el Tribunal Oral Federal 2 de Mendoza escribió el último capítulo de esta historia, condenando a 4 de los 6 imputados, a duras penas de cárcel.

Elena Susana López Tejada (58) fue sentenciada a pasar 12 años de cárcel por "haber captado a dos menores de edad y a una mayor, haberlas acogido con fines de explotación sexual, agravándose por haberlas engañado, amenazado y haber abusado de la situación de vulnerabilidad de las víctimas, además de haber cometido el hecho contra tres o más víctimas y perpetrarlo con una organización de tres o más personas".

Su hija, Sara Elena Valdéz (25) recibió la pena de 11 años, por los mismos delitos. A ambas se les mantuvo el régimen de prisión domiciliaria, por enfermedad y por el cuidado de un menor, respectivamente.

Además, por la misma calificación, se condenó a un joven de 21 años -se reserva su identidad por ser menor al momento del hecho- a 4 años de cárcel efectiva, por lo que fue detenido de inmediato. Y otro joven de 20 años, a 3 años de prisión en suspenso.

Mientras tanto, Daniel Enrique Díaz (50) y Ana Alejandra López (41), fueron absueltos de todos los delitos acusados.

La dramática historia

Todo ocurrió en mayo del 2012, con el secuestro de tres jóvenes, dos de ellas menores de edad.

La primera de ellas, de 17 años, fue quien destapó la terrible historia, ante autoridades de la Dinaf. Contó que fue captada por Sara Elena Valdez, mediante promesas de regalos, cuidados y "una mejor calidad de vida".

Agregó que la mujer la obligaba a prostituirse y le exigía que trajera todo el dinero que obtuviera a raíz de ello. La sometía a golpes, insultos y amenazas de "cortarle el rostro".

Cuando la menor se oponía a salir de la casa donde estaba cautiva, la mujer le traía "clientes viejitos" que vivían en las inmediaciones. Explicó que algunos días, un joven -uno de los condenados-, la llevaba en un Peugeot 504 verde oscuro al centro, donde la prostituía. Él la esperaba a pocos metros, desde donde la vigilaba.

"Nos pedían que llevara chicas bonitas y tontitas, para someterlas también", reza en el expediente judicial.

Junto a ella, había otra chica, mayor, que padecía el mismo martirio, bajo las órdenes de la madre de Sara Elena (Susana). Las llevaban al penal de Almafuerte para que tuvieran relaciones con presos, y las hacían entrar a la cárcel con una denuncia de pérdida de DNI. En esas visitas, además, las chicas traficaban droga.

Ambas estaban cautivas en una casa de calle Alfonso X y Sombral, en El Sauce, Guaymallén, donde asistían varios clientes. Todos los vecinos denunciaban que allí se ejercía la prostitución. "Es la familia Capano", declaraban ante la Justicia. También se vendía droga.

Las víctimas estaban custodiadas y amenazadas, pero un día escaparon. Incluso, en una persecución, los captores hasta les dispararon con armas de fuego. La de 17 años fue encontrada por la policía y recayó en la Dinaf, donde contó todo.

Pero no todo terminaba ahí. La misma familia tenía a otra chica, de apenas 14 años, bajo las mismas condiciones. Esta menor fue secuestrada en el carril Lavalle, en el barrio Los Hornos, de El Sauce, y luego de golpes y maltratos, fue obligada a ejercer la prostitución.

La llevaban al centro, más precisamente a General Paz y San Martín, donde ejercía ese martirio. Mientras, su madre la buscaba intensamente.

Esta menor también logró escapar, junto a otra menor de 15 años, que nunca fue encontrada por la Justicia para que declarara.

El testimonio de estas tres jóvenes desbarató una red, en la que participaban varias personas. Además, en la detención de los sospechosos, la policía halló el documento de una de las chicas.

Cada uno tenía su rol. En el debate, los jueces encontraron prueba para condenar a cuatro de ellos, mientras que dos zafaron y recuperaron la libertad.

Claro está que hubo otros tantos que ni llegaron a juicio.


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