COSA VEDERE SANCHO

Quién gana y quién pierde con la alianza UCR- PRO-PD… y Massa

La practicidad política de Alfredo Cornejo se comió al Partido Demócrata. De nada sirvieron años de historia, gobiernos, ideologías sólidas y un comportamiento coherente. Este arreglo lo termina de extinguir como fuerza política de la Provincia.

Desde el regreso de la democracia, por primera vez los gansos tenían el escenario ideal, elecciones a gobernador separados y un referente Nacional afín.

Apurados por la habilidad cornejista, sucumbieron ante el avasallante camino del intendente de Godoy Cruz, el Radical con más vocación de poder de todos y sin reparar en detalles ideológicos partidistas.

Los partidos mismos se han visto enredados en el tejido que armó el dirigente radical sobre la base más pragmática que estos tiempos políticos puedan dar: los frentes.

Cierto es que Cornejo hace años que tiene un espíritu de transversalidad. Siendo oficialismo en la provincia, buscó en su momento aliarse con otro oficialismo, el nacional, y conformó la Concertación. Mecanismo práctico que llevó a Julio Cobos a la Vicepresidencia, junto a Cristina Kirchner.

Era cuestión de ser prácticos, sin detenerse a imaginar las consecuencias.

Ahora, con la astucia vívida, como siempre, Cornejo halló el momento para juntar el desperdigado ejército opositor y convidó a una entente cordiale al Pro, a los demócratas y al massismo, como parte de su principal objetivo: darle al radicalismo la fuerza necesaria para llegar a asirse del próximo Gobierno de Mendoza.

Lo más llamativo de la operación fue ver corridas las fronteras del PD. Como si estos conservadores liberales ya no se dieran tiempo de pensar sus diferencias ideológicas con el radicalismo o con el peronismo de Massa.

Justo ahora que tienen un referente propio y fuerte de su estricto pensamiento liberal, como lo es Mauricio Macri. ¿Hacen alianza con la UCR?

Hay que pensar que alguna vez, pese a ser correspondido por el neoliberalismo de Domingo Cavallo, los gansos se dieron el lujo de no llevarlo en la boleta para que traccionara con su candidatura presidencial. Eso les valió, en 1999, por un lado, no sumar los votos que le hubieran sobrado para gobernar Mendoza, y por el otro, el respeto casi envidioso desde las huestes más especuladoras, como las de la efímera Alianza.

Cuando en las últimas elecciones legislativas del 2012 los demócratas vieron que con el Pro existía una identificación que les permitió hallar por fin la combinación perfecta de un buen candidato local con una más que coherente expresión nacional, se dieron el lujo de alcanzar dos bancas en el difícil Concejo Deliberante de la capital mendocina, una para Gustavo Senetiner y otra para César Saayavedra, al sumar nada menos que el 25% de los sufragios.

Continuar en esa línea, Senetiner ¿acaso no le garantizaba sostener a un joven típicamente emprendedor mendocino en su carrera política y al partido en su recuperación política, gracias al arrastre macrista? Ser candidato a Intendente de Capital.

Pero el PD y Senetiner fueron arrastrados por el torbellino cornejista hacia la conformación de un frente partidario que les licuará el caudal político in crescendo que tenían en ciernes.

¿Quién dice que no tenían quizá la oportunidad de alcanzar una intendencia o seguro 2 concejales más y sumar 4 en Capital a pasar a ejercer el poder en serio en Capital? Aquellos 25 puntos de apoyo de hace un año, ¿acaso no son un piso más que aceptable para intentar dar un salto más elevado, cuando ahora lo tienen a Macri como candidato a Presidente de la Nación? ¿Y la elección a Gobernador desdoblada – aspiración y anhelo de los Demócratas permanentemente?

Además, una vez terminadas las elecciones por los cargos provinciales, a Cornejo poco le importará, ya victorioso o no, devolverle el favor al PD-Pro. Seguramente, el apoyo del godoycruceño se dirigirá a la fórmula radical que más lo represente a nivel nacional Cobos y no a Macri.

Lo de Cornejo, irreprochable: él hace su juego y es el Gran Ganador. Domina, convence, y si es necesario atropella con tanto entusiasmo. Se lleva puestos a los mismos aliados, con la promesa de repartir el poder entre todos.

Lo del PD, incongruente: juegan para otros y son los Grandes Perdedores, aun cuando el frente que integran acceda al Gobierno. Se los llevaron puesto, perdieron identidad… y una gran oportunidad. De rearmarse como fuerza política para tener poder real en todas las decisiones, gobierne quien gobierne UCR o PJ.

Los frentes electorales previstos en la legislación de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias provinciales son necesarios y útiles en tanto las ideas y visiones de Gobierno y de Estado sean compatibles y congruentes, no simples colectoras de votos sin siquiera un previo acuerdo de planes.

Si no, caemos en una elección donde no es posible cotejar esos frentes carentes de contenidos, abundantes en promesas sin garantía de cumplimiento por la debilidad que genera la mutación de partidos y contradicción ideológica.

Esto le quita riqueza a la actividad política democrática, cuya mayor base es la diversidad de ideas y su debate público, más que la simple acumulación de votos.

Lo del Pro es inentendible porque aniquilo al PD y se devaluó para las Paso presidenciales del 9 de agosto, esta alianza mendocina “naturalmente” apoyará la fórmula que diseñen Cobos y Binner porque no pueden respaldar al mismo tiempo a tres candidatos a Presidente: Cobos, Macri y Massa.

Massa que casi nada tiene en Mendoza, nada gana en esta jugada.

La verdad, incomprensible lo del Pro-PD, con estos arreglos de cúpula. ¿Los votantes finalmente terminaran entendiendo y votando los arreglos de sus dirigentes? Quien lo sabe, las urnas lo dirán.


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