Análisis: ¿Será hoy el principio del fin para 54 años de bloqueo de la isla?

Grandes límites comerciales fueron una de las consecuencias que sufrió Cuba por el bloque que, pese al anuncio de hoy, seguirá.

Por Sección Internacionales

El nuevo escenario en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos parece marcar el principio del fin del bloqueo económico que Washington impuso a la isla en 1960, como represalia al carácter socialista de una revolución que por entonces llevaba apenas un año, y que representó la medida de ese tipo más prolongada que haya conocido la humanidad.

Si el término “desaparecido” quedó tristemente asociada a Argentina por la sangrienta dictadura 1976-1983, y la palabra “apartheid” está inevitablemente ligada a Sudáfrica, seguramente el concepto de “bloqueo” se une indisolublemente a Cuba, producto de la vigencia por 54 años de una medida que prácticamente el mundo entero repudió.

Enormes limitaciones comerciales, imposibilidad de acceder a organismos de crédito y pérdidas por cerca de un billón de dólares son apenas algunas de las fatales consecuencias que sufrió Cuba por el bloqueo que Estados Unidos impuso desde 1960 y que, pese a los anuncio de hoy, seguirá vigente.

De curioso carácter extraterritorial, el bloqueo -que Estados Unidos llama con mayor elegancia “embargo”- generó un dato asombroso: 7 de cada 10 cubanos nacieron y vivieron ‘bloqueados’. 

Aunque la medida fue formalmente impuesta en febrero de 1962, ya desde 1959 mismo la potencia de América del Norte venía imponiendo sanciones económicas a la joven Revolución. 

Después, aquella primera proclama de 1962 se fue reforzando y complementando con otras normas: la llamada Ley Torricelli, de 1992; la Ley Helms Burton, de 1996; las restricciones a visitas familiares decididas por George Bush; y la Ley de Asignaciones Presupuestarias de 1999, que puso en jaque los derechos de propiedad intelectual y de marcas. 

Aunque el derecho internacional -y hasta la propia legislación estadounidense- definen al “embargo” como una orden emitida por un gobierno en tiempos de guerra para colocar los buques extranjeros y sus cargamentos, y excepcionalmente otras propiedades, bajo el control del Estado, EEUU insiste en usar esa denominación para el bloqueo. 

Es que, en rigor, desde 1909, cuando se hizo en Londres la Conferencia Naval, quedó establecido que el bloqueo es “un acto de guerra” y, en consecuencia, sólo aplicable a países beligerantes. 

Un análisis jurídico de Aynel Alvarez y Anet Pino considera que la medida “califica como crimen internacional de genocidio, conforme a lo definido en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, aprobada por la Asamblea General de la ONU en diciembre de 1948”. 

Destaca, además, que la Carta de la Organización de Estados Americanos (OEA) -de la que Cuba estuvo excluida hasta el 2012 pero a la que adhiere EEUU- considera la agresión económica como un delito.

El bloqueo implica además que una empresa de un tercer país no puede vender a Cuba ningún producto o equipo si tiene más de 10 por ciento de componentes norteamericanos, y, a la vez, una empresa de un tercer país no puede vender a EEUU un producto si contiene materia prima cubana. 

Por supuesto, los estadounidenses tienen vedados los viajes turísticos a la mayor de las Antillas, pero las estimaciones más serias sitúan en 5 millones al año el número de potenciales viajeros, que dejarían un ingreso de 8 mil millones de dólares. 

Uno de los peores puntos a los que obligó el bloqueo fue el freno al intercambio académico y la prohibición de las ventas de equipos médicos, que afecta a varios de los programas cubanos a gran escala. 

Desde 1992, en la Asamblea General de la ONU se viene presentando un proyecto de resolución bajo el título ‘Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos de América contra Cuba", que cada año se vota con mayor número de países a favor de la isla.

A modo de ejemplo, en los dos últimos años la votación fue idéntica: 188 representaciones en favor de que se levante el bloqueo, Estados Unidos e Israel en contra de esa iniciativa, y abstenciones de Micronesia, Palau e Islas Marshall.

Fuente: Télam

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