Gurú violador

El polémico historial del "Maestro Amor" tras la condena a 14 años de prisión

Ricardo Javier Ocampo fue condenado a 14 años de prisión por abuso sexual de menores. Un repaso por los casos por los que fue sentenciado.

Por Sección Policiales

Ricardo Javier Ocampo, más conocido como el“Maestro Amor”, fue condenado a 14 años de prisión por abuso sexual de menores.

La Justicia de Catamarca tomó esa decisión esta mañana en el marco de una causa por seis hechos de abuso sexual que tuvo como víctimas a dos menores de edad.

Las denuncias contra el "gurú" fueron realizadas entre 2002 y 2007 e implicaban tres hechos de abuso sexual por “aprovechamiento de la inmadurez sexual de la víctima”; también por otros dos casos de corrupción de menores agravada y abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa, y, finalmente, un hecho de abuso sexual con acceso carnal. Todos fueron cometidos contra un joven oriundo de la provincia de Córdoba y contra un niño.

El último señaló que, cuando tenía 10 años, Ocampo le habría mostrado películas eróticas y posteriormente lo habría tocado en sus partes íntimas. Y cuatro años más tarde, en una vivienda ubicada en la calle Zurita de la capital catamarqueña, el gurú lo habría violado.

Uno de los chicos señaló que, cuando tenía 10 años, Ocampo le habría mostrado películas eróticas y posteriormente lo habría tocado en sus partes íntimas.

Ocampo es de La Rioja, pero se afincó definitivamente en la provincia de Catamarca tras lograr reunir una notable cantidad de seguidores de su culto.

También en su provincia natal tuvo que rendir cuentas ante la Justicia: un joven llamado Federico lo denunció en 2009 porque supuestamente abusó de él, en 1998, cuando tenía 14 años, en las clases de karate que daba el “Maestro”. “Dijo que me violaba porque quería llegar a la iluminación”, contó el muchacho.

Los abogados del líder de Meditazen atacaron, en todas las instancias procesales que tuvo el expediente, la credibilidad de las víctimas y de los testimonios que se recolectaron posteriormente para sostener la acusación y argumentaron, en definitiva, que los abusos no ocurrieron.

Más aún, en la declaración que Ocampo ofreció ante los fiscales se refirió en todo momento a que las denuncias en su contra constituyen una gran maniobra extorsiva de parte de quienes lo acusan y que los menores “fueron empujados por sus padres, por una cuestión de dinero”.

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