Sala Mayor

Se estrenó la obra “Êléktra Euphoria Amarillo

La Compañía “Dos huérfanos teatro” puso en escena su reciente espectáculo en el Independencia.

Por Eugenia Cano

Quizás porque toda tragedia lleva implícita la complejidad del ser y las relaciones, es que se presente como un material rico para plasmar en la teatralidad. Ese mágico acto en vivo donde todo puede pasar. Donde la ficción se lanza sin red a construir una verdad, que será verdad mientras el pacto entre los actores y el público así lo decida.

Este viernes la Compañía “Dos huérfanos teatro” estrenó en una única función la obra, “Êléktra Euphoria Amarillo”, en el Teatro Independencia y se sirvió de la mitología griega para resignificar en la historia de Electra - la hija que busca vengar la muerte de su padre Agamenón -, temas como la traición, el poder, los lazos familiares y la furia contenida.

Como no podía ser de otro modo, la forma de plasmar el relato en escena respondió a la forma de concebir el teatro que desde hace tiempo lleva adelante el equipo de Luciano García y Marta Neme: la experimentación y la interacción de diferentes plataformas artísticas. La posibilidad de romper las estructuras dramáticas esperables para transitar una propuesta, que más allá de los resultados, se la juega por lo diferente.

En este sentido, la pieza puede presentarse por momentos difícil de seguir para el espectador. Respondiendo, de algún modo, a esa tendencia que se inspira en las narraciones antiguas para entregarse al juego conceptual, las alocuciones eternas con reflexiones existenciales y las performances actorales con estética futurista. Siguiendo esta línea es que la puesta transita diferentes estados, provocando reflexión y al mismo tiempo incertidumbre por lo que sucede. En todo caso, el elenco parece asumir esta complejidad de sentidos y no espera demasiado a cambio. Más que el hecho de disfrutar de la teatralidad como acto creador y trasformador en sí mismo.

Dentro de este recorrido es que se destaca también el trabajo escenográfico, con instalaciones plásticas elaboradas por Daniel Bernal y el diseño lumínico de Horacio Ochoa que cumple un papel protagónico en la obra. Tanto así, que en este entramado poético y moderno que propone la obra, las luces de color amarillo se cargan de significado para invitar a repensarnos como humanidad. Mientras que por otro lado, la música original de José Mur se suma a los aciertos de una propuesta, que si bien puede o no terminar de gustar, resulta novedosa e interesante ver. 

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