quinta cámara del crimen

Mala praxis médica, el arma con la que se defiende la familia Amitrano

La madre, la hermana y el cuñado del hombre acusado de matar a su hija de un año culparon a los médicos por mal diagnóstico y falta de información.

Por Gabriela Guilló

En una nueva jornada del juicio por la muerte de la pequeña Rosario Belén Amitrano se escucharon los testimonios de la familia del padre, único imputado por el homicidio, y todos apuntaron a una supuesta mala praxis de los médicos.

Alrededor de las 10.30 comenzó la audiencia en la Quinta Cámara del Crimen y el primer en sentarse frente al Tribunal -presidido por Rafael Escort- fue Martín Santos, esposo de la hermana de Alejandro Amitrano.

Durante su declaración, Santos sostuvo que “acompañé a mis suegros y a mi novia desde San Luis, donde vivimos, a Mendoza, porque Rosarito se encontraba mal. Nos habían dicho que tenía meningitis. Después nos enteramos que el cuadro era otra cosa, que había indicios de maltrato”.

Luego remarcó que los médicos no les daban información, y nunca conocieron un parte médico oficial.

“Él -por Alejandro- había estado jugando con la nena hasta último momento. Nunca hubo nada raro, era una relación normal entre un padre y su hija. Era un padre cariñoso, jamás la trató mal, jamás vi que discutieran”, aseguró el hombre.

La fuga de Amitrano ocurrida antes de la muerte de la niña se produjo, de acuerdo a Santos, por un consejo de sus abogados y contaba con la aprobación de Cecilia, su mujer.

Amelia González, la madre de Alejandro, sostuvo una versión similar a la de su yerno y aseguró que “nunca vi maltrato, Rosarito era una criatura feliz, alegre. No sé de dónde sacaron que éramos una familia violenta. ¿Creen que podría defender a una persona que me agredió a mí? No estaría acá, creo que esto no se lo merece mi hijo”.

El día de la internación de la menor, la mujer recibió un llamado de su hijo en el cual, según ella, le decía “mamá otra vez tenemos el diagnóstico de meningitis”, esto en relación a que había estado días atrás en el hospital Italiano.

En relación a las supuestas sospechas de maltrato, González dijo que “mi hijo cometió la tontería de mandar una carta al diario Los Andes donde decía lo mal atendida que estuvo mi nieta en el hospital y creo que desde ahí comenzó esta locura. Pero si hay alguien que no le hizo daño a la nena es mi hijo. No movería ni un dedo si creyera que algo de eso es verdad. Lo dejaría librado a su suerte, es más, le desearía lo peor”.

Respecto a la relación que mantuvieron con los médicos durante la semana de internación de la pequeña, la mujer también repitió que nunca obtuvieron demasiada información y que, por momentos, hasta los médicos los trataban con desprecio.

Valeria Amitrano, hermana de Alejandro, no varió demasiado su declaración con la del resto de su familia y volvió a marcar el poco trato que tenían con los médicos del Notti.

“Tuvimos noticias que Rosarito estaba descompuesta y que presentaba un cuadro de meningitis por lo que debían internarla. Los padres quedaron desconcertados porque era el mismo diagnóstico que les habían dado en la anterior internación, pero de la cual le dieron el alta. Cuando llegamos nos encontramos con una situación de malestar en el hospital, que nos dio a entender que algo raro pasaba. Pero los médicos no nos daban información, nos ignoraban y empezó a correr el rumor que había sufrido maltrato”, relató la mujer y agregó, “lo acusaban de algo ridículo, porque era un padre cariñoso, nunca vimos nada raro. Me consta la dedicación y el amor de ambos padres”.

Luego Valeria indicó que el trato de Cecilia cambió cuando los padres de su ex cuñada llegaron al hospital. Tras esto, ninguno de los Amitrano concurrió al velorio de la pequeña, según dijo, “porque era una situación shockeante”.

El juicio continuará mañana con el pedido del fiscal Fernando Guzzo de realizar las audiencias filmadas. 

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