pánico

"Me usaron como escudo y me apuntaban de todos lados

El dueño de una zapatería relató el robo que padeció en la noche de ayer.

Por Gabriela Guilló

 “Fue como una escena de Poliladron lo que viví”, contó Rolando, el dueño de una zapatería de Godoy Cruz que en la noche de ayer fue usado como escudo por dos ladrones que intentaban escapar de la Policía.

La secuencia comenzó alrededor de las 20.30, cuando Rolando Raed (35), el propietario de Roly Zapatos, comercio ubicado en calle Sarmiento y Amancay, se encontraba junto a dos vecinos. En ese momento, dos hombres ingresaron rápidamente al comercio.

“Cuando vi que entraron rápido y que el segundo en llegar tomó el picaporte con el buzo, pensé ‘ya está, otra vez me van a robar’ ”, explicó el comerciante.

Los delincuentes, uno de ellos armado, amenazaron a las víctimas, sacaron de las mochilas que llevaban precintos y ataron sus manos. Luego los encerraron en el baño.

Con las víctimas reducidas comenzaron a juntar zapatos, los cuales los amontonaron en un rincón del local.

“Como es el octavo robo que sufro en nueve años, los vecinos siempre están atentos a lo que sucede. Por esta razón, uno de ellos pasó y al ver movimientos extraños dio aviso a la Policía”, dijo.

Pasaron pocos minutos hasta que varias patrullas llegaron al negocio. Los uniformados golpearon, y uno de los ladrones le contestó que estaba cerrado. Como la Policía insistía para ingresar, uno de los delincuentes obligó a una de las víctimas a salir del baño.

“Le decían a mi vecino que es jubilado que saliera, pero salí yo y después de caminar unos metros, el ladrón que no tenía armas se escondió detrás mío y avanzó hacia la puerta. El otro se aproximó momentos después y me puso el arma en la cintura”, sostuvo el hombre, que agregó “me usaron de escudo y vi que me apuntaban de todos lados. Si bien cuando observé a la Policía me tranquilicé, cuando empezaron a gritar que bajaran las armas y yo sólo decía ‘paren que tengo miedo’ ”.

Frente a esto, la Policía comenzó a retroceder dándoles espacio a los ladrones para escapar. Tras una corta persecución, ambos quedaron detenidos.

“Mi miedo era que uno me disparara para que la Policía se ocupara de mí y ellos pudieran escapar”, indicó.

“No sabemos cómo defendernos”

“Me dicen que ponga rejas u otras medidas de seguridad, pero es una zapatería, la gente tiene que entrar para comprar”, sostuvo el hombre.

“Después de tantos robos ya no sabemos cómo defendernos, y a esta altura, cuando estos hechos pasan a ser cotidianos, me dan más ganas de cerrar e irme, que de seguir trabajando. No vale la pena vivir estos momentos”, agregó Rolando, quien tiene un hijo de cuatro meses.

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