Son como los ángeles y demonios de la nutrición. Las dietas ricas en grasa, proteínas y bajas en hidratos de carbono, como la famosa dieta Atkins, han sido tan admiradas como denigradas en un debate científico que parece no tener fin. Ahora un nuevo estudio, financiado por los Institutos de Salud de Estados Unidos, les da un nuevo voto de confianza. Después de que se alertara de los riesgos para la salud, los resultados muestran que aquellas personas que evitan los hidratos refinados (harinas, azúcares...) y toman más grasa (con excepción de las grasas "trans") tienen menos riesgos cardiovasculares que las que optan por reducir el consumo de grasa. Y, al mismo tiempo, logran perder peso con mayor rapidez.