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Una audiencia con dudas, olvidos y repreguntas de un juez que dejó en un limbo el pago a los bonistas

Tras dos horas de audiencia, Griesa pareció estar más confundido que cuando arrancó la sesión, y se "reservó" para más adelante la posibilidad de emitir una opinión sobre los pedidos de cobro de bonistas del canje, tanto de ley extranjera como de ley local, y los de la clarificación de los pasos para el pago, que deben dar las entidades financieras.

El juez Thomas Griesa brindó una audiencia peculiar el martes, en donde se permitió dudar en voz alta hasta de sus propias órdenes, lanzó frases contradictorias, y hasta reconoció que quizá "no cubrió bien" algunos aspectos del caso, tras repreguntar una decena de veces acerca la ruta de pago y de las instituciones involucradas en los pagos de los bonos del canje.

Tras dos horas de audiencia, Griesa pareció estar más confundido que cuando arrancó la sesión, y se "reservó" para más adelante la posibilidad de emitir una opinión sobre los pedidos de cobro de bonistas del canje, tanto de ley extranjera como de ley local, y los de la clarificación de los pasos para el pago, que deben dar las entidades financieras.

Además, no dio lugar a los dos planteos que le hizo la defensa Argentina, de reponer una medida cautelar que le permita a bonistas cobrar, y de una garantí­a que proteja al país de la activación de la cláusula Rufo, que elevaría la deuda a más de 120.000 millones de dólares.

Como conclusión, Griesa evitó definir la suerte de los pagos efectuados por la Argentina a los terceros afectados en este juicio, los acreedores, del canje, a quienes dejó en un estado de limbo.

Asimismo, según se desprende de sus preguntas, Griesa se habría enterado en la misma sesión, de que existen fondos del pago de la Argentina congelados en Nueva York, de alrededor de 200 millones  -la cifra quedó en ser chequeada- que le llegaron a Euroclear a través del Citibank, entidad que fue habilitada por él a pagar bonos con ley argentina, durante la última audiencia celebrada el pasado 27 de junio.

Esos fondos habí­an llegado al Citi tras el pago de cerca de 1.000 millones de dólares que realizó el paí­s el pasado 26 de junio, donde 539 millones fueron girados a las cuentas del Bank of New York abiertas en el Banco Central de Argentina, para el pago de los bonos en ley extranjera, y el resto se repartió a otras entidades.

Euroclear recibió en su cuenta en Nueva York, de parte del Citibank, parte de los bonos con ley nacional. Luego  abortó la operación de girarlos a Europa, a la espera de una clarificación del juez, porque entiende que esos pagos también están alcanzados por el fallo madre de la contiende, del 23 de febrero del 2012, que determinó que la Argentina violó tratamiento igualitario a los acreedores.

Fueron 57 folios de transcripción de una audiencia, en donde prácticamente la mitad estuvo dedicado a los pagos que realizó el Citibank, específicamente de bonos con ley Argentina.

Griesa preguntó y repreguntó al representante del Citi ,Friedman, entre quienes se habí­a distribuido el dinero que depositó la Argentina, y, se anotició que no todos los fondos del pago de junio fueron depositados en el Bank of New York, sino que una parte iba directo al Citibank (para pagar bonos ley argentina a europeos) y otra al JP Morgan Tokio (para pagar bonos ley argentina a japoneses), además de los pagos a los argentinos, a través de la Caja de Valores argentina.

En otro momento de la audiencia, Griesa también deslizó que pronto llegará una orden para que el Bank of New York le devuelva al gobierno argentino el pago realizado el pasado 30 de junio, pero luego, ante la advertencia del Bank of New York de la ola de juicios que eso le provocarí­a, instó a la entidad a "que piense algo que pueda ser acordado", y que genere "los menores problemas posibles, la menor eventualidad litigio. Desafortunadamente, estamos en la sopa. No puedo ayudar en eso", se excusó.

En otro orden, escuchó al abogado de los bonistas europeos, que le advirtió que sus decisiones violaban la ley belga, y también se reservó de emitir opinión.

Luego, se dedicó un largo momento en aclarar lo que para él es "lo de mayor importancia, de que si no son dados ciertos pasos, podría haber un default a fines de julio", tras lo cual se permitió contar su visión de la historia judicial con la Argentina, en estos 10 u 11 años.

Su reflexión fue:"Lo que estamos enfrentando ahora, la República y otros, es algo mucho más crucial. Si los adecuados arreglos no se concretan, puede haber un default de la República el 30 de julio. Esto serí­a mayormente desafortunado para la gente que está esperando el pago de los intereses y ciertamente para la República misma".

"Para mí ­-agregó- una medida cautelar (el "stay"), no es algo que es necesario para una negociación o un acuerdo. En mi visión cada problema es susceptible de ser tratado de alguna manera en un acuerdo...La peor cosa que avizoro (por un eventual default) aquí­ sentado, no quiero que suceda. Habrá heridas en la gente por ello, heridas reales. No habrá buitres heridos, pero personas reales estarán heridas".

Luego Griesa instó a las partes a negociar con el mediador.

"Si es posible sería bueno dejar de lado la retórica consistente en avisos de una página. Si la República pudiera reconocer que la gente que tiene sentencias simplemente tienen lo que tienen por los varios contratos que la República implementó, y que esas obligaciones tienen que ser tratadas".

Pero, al instar a un arreglo antes del 30 de julio, Griesa evitó analizar que el sólo hecho de alcanzar el acuerdo para cumplir con la sentencia, viola la cláusula Rufo. Y si lo que quiere evitar es el default, serí­a bueno que entendiera que el acuerdo bien podría alcanzarse en enero de 2015.

Fuente: Télam

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