Impuestos al salario

¿Cuán distorsivo se volvió el pago del Impuesto a las Ganancias? Mirá qué sucede en los países vecinos

En Argentina un asalariado en blanco paga el 35% de Ganancias con un ingreso de U$S2.648. En Chile se paga un 40% cuando se gana U$S11.400 y en Uruguay un 30% con un ingreso de U$S14.095.

Por Federico Manrique
La distorsión generada por el Impuesto a las Ganancias sobre el salario es creciente y la indignación social se explica claramente porque en Argentina no sólo la tasa del impuesto es en algunos casos mayor a lo que se paga en países vecinos, sino que el piso a partir del cual se cobra el 100% del impuesto es irrisoriamente bajo, teniendo en cuenta lo que sucede en vecinos como Chile, Perú o Uruguay.

Desde hace algunos años, las personas físicas están sufriendo el mayor impacto por el impuesto a las ganancias que deben pagar no sólo por su trabajo personal, ya sea en relación de dependencia o por su trabajo independiente. En el caso de los asalariados, esta situación ha generado que los últimos incrementos en las remuneraciones se hayan visto licuados por el impacto del Impuesto a las Ganancias, advierte un informe de la consultora PWC en base a datos de IARAF.

Y lo que pasa con Ganancias también sucede con el impacto del impuesto sobre los Bienes Personales, en la medida que el valor de dichos bienes supere los $305.000. Es que esta mayor presión fiscal tiene su origen en la imposibilidad de aplicar algún coeficiente de ajuste por inflación a las deducciones, mínimos y tramos de escala que se utilizan en la determinación de los impuestos que se cobran y pagan en la Argentina.



Es que mientras que en Argentina un salario de U$S2.648 paga el impuesto a las Ganancias con la alícuota máxima, esto es un 35% sobre el ingreso total; en Perú, Chile y Uruguay lo hacen recién cuando el asalariado en blanco gana U$S6.107, U$S11.400 y U$S14.085, respectivamente. Esta es la razón principal de la distorsión generada en la Argentina y el origen del descontento que esto genera.

En la Argentina, hasta ahora, un asalariado en blanco empieza a pagar Ganancias cuando tiene un ingreso promedio mensual de $15.000. Si gana menos no paga, pero si supera ese monto empieza a pagar Ganancias y lo va haciendo de forma progresiva hasta que llega al máximo previsto y debe pagar la tasa total del impuesto que es del 35%.

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En el Ejecutivo descartan modificar el piso de ese tributo, pese al malestar sindical. A cambio, se intentará reencauzar su vínculo con la CGT oficialista otorgando una mejora del básico por encima de los valores cerrados en la mayoría de las paritarias.

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